Con el corazón abierto y espíritu fraterno, la Fraternidad de Anzaldo y Cochabamba vivió un momento especial de encuentro en el internado de Anzaldo. Fue una oportunidad para compartir la fe, reflexionar juntos y fortalecer los lazos que nos unen como familia escolapia.
Entre oraciones sentidas, diálogos profundos y el calor de una mesa compartida, experimentamos la belleza de la vida en comunidad. Cada palabra, cada gesto y cada sonrisa renovaron nuestro compromiso de seguir caminando juntos, inspirados por el amor y el servicio.
Que esta experiencia siga resonando en nuestros corazones y nos impulse a ser una luz en la vida de quienes encontramos en el camino.